La contradicción y la incoherencia en el Aikido

Aikido_José_Santos_Nalda_AlbiacPor: José
Santos Nalda C.N. 4º Dan de Aikido.

Revista El
Budoka No 5

Tal como conocemos y practicamos el Aikido, en mi modesta opinión se aprecian dos contradicciones notorias:

1.-Incoherencia en el mensaje de “Armonía” personal e interpersonal.

2.-Incoherencia en el mensaje de “paz, de protección y de amor” y el modo de aplicar las técnicas, en forma destructiva.

INCOHERENCIA SOBRE LA ARMONÍA EN LAS RELACIONES

¿Cuántos aikidokas profesores y alumnos poseen y viven la armonía coherente, entre el mensaje de Ueshiba del que tanto les gusta hablar, y lo que realmente hacen y dicen en el Dojo o fuera de él?

¿Cuántos aikidokas entienden de verdad el significado de “armonía”?

Una mirada objetiva sobre las actividades y comportamientos de los aikidokas a nivel local, nacional, europeo etc., nos muestra la ausencia de entendimiento y armonía, manifestada en alguna de estas formas:

-Motivaciones y objetivos puramente egoístas más o menos declarados, tanto en alumnos como en profesores.

-Rivalidades personales entre profesores por envidias.

– Críticas de unos contra otros, cuando no descalificaciones incluso sin conocerse personalmente entre sí.

– Pretensión generalizada en todos los grupos, de ser los auténticos intérpretes y transmisores del verdadero Aikido de Ueshiba.

-Grupos que se apartan unos de otros sin apenas conocerse y se miran con recelo o desprecio, aunque todos hablan de armonía, de paz, de amor…

– Otros han descartado el aspecto formativo espiritual del Aikido y se limitan a transmitir conocimientos puramente técnicos, despojando a este arte de los principios altruistas con los que quiso arroparlo Ueshiba, conformándose con una actividad puramente físico-técnica de carácter deportivo con estética marcial, alegando que los discursos éticos deben ser ajenos al entrenamiento de las destrezas de combate, alegando que el profesor no es un gurú, ni un predicador de conductas con trasfondo religioso, ético o filosófico.

Pero no podemos achacar a todos los practicantes, ya sean profesores o alumnos, las faltas de coherencia citadas, porque los hay, cuyos comportamientos son verdaderamente ejemplares en la búsqueda y la práctica de la armonía, y se hacen merecedores de respeto y admiración por su correcta interpretación del Aikido.

De la lectura objetiva de los textos de Ueshiba se interpreta que el objetivo final del Aikido no es tanto aprender técnicas de combate, como contribuir a la transformación y mejora de todas las cualidades y competencias del practicante como ser humano, cambiando sus esquemas de resistencia, oposición y supremacía por los de entendimiento, cooperación y progreso mutuo en sus relaciones interpersonales. Es decir ser un practicante de la armonía sirviéndose de las técnicas de combate o interacción entre Uke y Tori, para aprender a entenderse sin violencia en situaciones de conflicto, y sin que haya vencedor ni vencido.

La coherencia de la armonía interpersonal se hace posible mediante la actitud de apertura y aceptación sincera del otro, dando, compartiendo, ayudando a descubrir sin la pretensión de sentirse superior, ni de imponer a nadie criterios, ni estilos, ni preferencias, respetando las convicciones y la búsqueda personal de cada uno y asimilando las aportaciones válidas y enriquecedoras de aquellas personas que hemos encontrado en la andadura por la Vía del Aikido.

Aikido_Nalda-300x225Tomar la responsabilidad de enseñar Aikido no debe limitarse únicamente a su parte física o técnica, también implica prepararse –en la medida que sus conocimientos y competencias lo permitan– para ser capaz de promover el desarrollo integral de los alumnos, en lo que respecta a la formación emocional, ética, conductual, y espiritual, de las personas que le han elegido como profesor, sin que ello le autorice a creerse o autoerigirse en guía o gurú de vidas y personas.

Al profesor corresponde conocer y proponer pautas de búsqueda personal, siempre desde su experiencia acreditada, pues nadie puede dar lo que no tiene, ni guiar a otros por el camino que el mismo guía desconoce, porque nunca no lo ha recorrido.

INCOHERENCIA ENTRE LAS FORMAS Y EL ESPÍRITU

El Aikido es el arte marcial más ético y susceptible de adaptarse a las necesidades de protección mutua, pero tal como se practica hoy, casi todos somos portadores de una contradicción.

Nos gusta decir que practicamos un arte de paz, pero ejecutamos las técnicas de la manera más potente, violenta y destructiva, solamente por satisfacer el ego que nos hace creer poseedores de una gran técnica de combate.

De la observación objetiva de los entrenamientos actuales de Aikido, justo es reconocer que en todos ellos se puede ver:

-La búsqueda de la máxima eficacia, en cuanto al modo de deshacerse del otro lo más rápido posible, tanto si es una agresión banal como si es peligrosa, sin tener en cuenta la mayoría de las veces del requisito de proporcionalidad.

– La protección de sí mismo, pero no la del agresor, practicando las técnicas con la mayor potencia, velocidad y eficacia posible

Morihei Ueshiba (1883-1969) decía:

“Aquellos que buscan la lucha cometen un grave error, golpear, lastimar, o destruir, es el peor error que un ser humano puede cometer. El verdadero camino del guerrero es aprender a evitar o impedir la lucha y buscar la paz”

El maestro Nocquet (1914-1999), fue el primer aikidoka europeo en impulsar la idea de impedir herir sin herir y en su libro “Le coeur epee” dice:

“oponiendo la violencia a la violencia, duplicamos la agresividad, y aumentamos lo que queríamos destruir”

“Aiki es la victoria por la paz. No se busca vencer sino convencer, persuadiendo al agresor de que su ataque es inútil”

No basta decir que somos pacíficos y que practicamos el arte de la paz para ser capaces de no ser violentos ante una agresión, es necesario poseer o haber adquirido los medios susceptibles de llevar a la práctica el propósito de impedir herir sin herir, estableciendo la coherencia entre las formas y el espíritu.

En general no entrenamos de manera que la defensa sea eficaz desde el primer momento y al mismo tiempo realizada con un absoluto autocontrol, es decir sabiendo hasta dónde podemos llegar sin lesionar. Tampoco sabemos aplicar una proyección de manera que el oponente llegue al suelo sin hacerse daño.

Pero acaso, ¿es posible proyectar a Uke en Kote gaeshi, Shiho nage, Irimi nage, Ushiro kiri otoshi, etc. protegiéndole al llevarle al suelo…?

Alcanzar tales competencias requiere enfocar los entrenamientos de otro modo a como se llevan a cabo en la mayoría de los dojos, porque la realidad nos enseña que sólo puede actuar sin violencia el que posee recursos físicos, técnicos, psicológicos y éticos. Proyectar con gran impulso y sin consideración al otro, está al alcance de cualquiera. Pero en esa acción no reside el verdadero valor del aikidoka.

Si el Aikido de Ueshiba se resiste y rechaza entrar en la espiral de la violencia como medio de solucionar un enfrentamiento o un conflicto, debe aportar los medios o recursos apropiados a este fin, por tanto debemos preguntarnos objetivamente si las formas que se practican en la actualidad son acordes con este principio ético.

Para que haya coherencia entre el espíritu y las formas de acción propuestas por el Aikido como arte marcial, y al mismo tiempo arte de paz, es necesario aprender a practicar las técnicas de diferente manera, igual de eficaz pero además con la posibilidad de controlar en todo momento su potencial destructivo, aprendiendo a ser dueño de las acciones del otro y de las propias, desde una voluntad de protección mutua, amén de cultivar las actitudes mentales y los valores éticos.

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Si no se tiene en cuenta este objetivo, y los aikidokas siguen practicando como hasta ahora, buscando la máxima “eficacia marcial o deportiva”, seguirán alimentando la contradicción manifiesta, entre la filosofía del Aikido y las formas o medios para dar vida a tales principios.

18 comentarios en “La contradicción y la incoherencia en el Aikido

  1. Je partage la vision sur ces incohérences. En espérant que la réflexion des lecteurs soit suivie d’actions de cohérence. L’évolution est toujours possible, elle passe par la remise en cause de l’ensemble de notre être. Bon chemin à tous. Encore merci, José Santos. Humblement. Monto de Paco

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  2. Excelente artículo !!!… Somos del mismo criterio y sentir. Si nos permite y no es abuso, deseamos re-publicarlo en nuestro muro de Facebook, ya que este tipo de ideas merecen ser difundidas. Abrazos y bendiciones desde Guadalupe – Perú

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    1. Muchas gracias por sus palabras, gracias por leernos. Claro que puede poner este y todos lo que necesite de nuestra web en Facebook, para nosotros es un honor. Un afectuoso saludo y buenos deseos y prácticas para Usted y su Dôjô -un aikiabraso desde México.

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  3. no comparto con los comentarios que acabo de ver vengo aprendiendo Aikido por mas de 35 años y no es como se dice todo depende de la calidad del o de los maestro del cual aprendió este arte por lo que ami corresponde siempre sera y a sido un arte de paz muchas gracias por su comentario y es un honor siempre contar con personas como usted que nos ase ver si estamos en el camino correcto saludos desde Quito Ecuador América Latina

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    1. Muchas gracias por escribirnos, felicidades por su experiencia de práctica de este arte que tanto nos llena y apasiona. El texto replicado del original (tal cual se lee), es la opinión de su autor, basada también en su propia experiencia.

      En lo que a nosotros respecta e interpretamos, es la diferencia que existe (afortunadamente no es generalizado) entre algunos practicantes y sensei´s que no son coherentes con la filosofía del Aikido, mucho menos con la de O¨Sensei; y lamentablemente ocurre frecuentemente con grados altos, esto es muy doloroso.

      Ocurre a veces que se descubre en ellos, soberbia e interpretaciones que hacen que la practica con ellos sea difícil, ya que no hay aikido en sus corazones.
      El arte marcial del Aikido; es puro y por naturaleza no tiene errores, lo humanos somos los que los cometemos!!!.

      Un fraternal saludo y bendiciones.
      Felicidades por su trayectoria, aikisaludos a sus compañeros de práctica y Dôjô.

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  4. Muy oportuno y sensato su artículo, considerando además que dichas incoherencias han llevado incluso, a que muchos en su papel de Profesores, maestros o SENSEI, adquieran la figura de un guru ante sus alumnos.
    La humildad, base fundamental del Aikido, manifestada en el amor y respeto hacia sus alumnos, debe ser el sello que identifique a cada Profesor. Amor por la vida y los semejantes, llevando oculto el conocimiento y la técnica de un gran Arte marcial y que solo se hace manifiesto cuando sólo la ocasión lo requiera y con el objetivo único de educar a nuestros oponentes, aplicado no sólo en el combate, sino también en los problemas de la vida diaria.
    Muchas gracias por su muy apreciado artículo.

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  5. Siempre oportuno el maestro Nalda, a quien sigo desde hace muchos años a travez de sus libros ilustrados, comparto su criterio y creo en lo que dice, el Aiki es una concepción moral y filosófica que fue llevada al plano material por O Sensei, de allí su gran legado a la humanidad. Resuelve un problema que todos los guerreros del mundo sufren, y es el daño que produce hacer daño a otro, se podría resumir en la frase: «Tai dori ai uchi, Kurai dori ai nuke», el control del cuerpo del rival nos produce una destrucción mutua; el control del espíritu del rival, nos produce una salvación mutua . Gracias por la publicación..Saludos desde Neuquen, Patagonia Argentina.

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